Las termitas de la madera, son consideradas como uno de los insectos xilófagos más destructores que pueden existir en una vivienda. Su hambre insaciable y su carácter devorador hacen que sea imprescindible llevar a cabo revisiones para eliminarlas y evitar así posibles daños.
Las termitas son insectos que viven agrupados en colonias y se alimentan de madera y todo tipo de materiales que contengan celulosa. Dentro del nido, se pueden clasificar en función del rol que ejercen en el termitero:
Existen muchos tipos de termitas pero podemos clasificarlas y diferenciarlas según la ubicación que eligen para construir su hogar.
Las termitas de madera seca, como su propio nombre indica, construyen sus termiteros dentro de estructuras de madera (es decir, dentro de cualquier elemento de madera en tu vivienda).
No les gusta tener que desplazarse para conseguir alimento y por eso crean sus nidos en la misma madera con la que se alimentan. Por eso son consideradas como la especie más destructora y tienen especial interés en ambientes poco húmedos.
Esta clase de termitas construyen su colonia en lugares con elementos de madera húmeda, como viejos troncos, madera podrida, etc. Este tipo de termitas por fortuna no representa un gran riesgo para una vivienda, aunque no por ello debes dejar de llevar a cabo las tareas de prevención pertinentes.
A este tipo de termita la puedes encontrar en un área geográfica específica; la costa pacífica del continente americano, donde suponen una auténtica plaga debido a la presencia de humedades en las edificaciones.
Al igual que las termitas de madera húmeda, suelen vivir en lugares con alta concentración de humedad (valga la redundancia), pero prefieren construir sus colonias en zonas bajo tierra. Son insectos xilófagos que adoran la oscuridad y odian la luz. Por eso, excavan sus túneles a través del interior de muros, estructuras y paredes del hogar.
Las termitas subterráneas son capaces de causar grandes daños ya que pasan totalmente desapercibidas y cuando te das cuenta es demasiado tarde. Por eso es necesario llevar a cabo las revisiones pertinentes de prevención.
Las termitas se alimentan principalmente de celulosa, un componente que se encuentra en la pared de las células vegetales y supone el principal componente de la madera. Cualquier elemento que contenga madera les resulta apetitoso (muebles, estructuras, papel, cartón, etc).
Las únicas que no se alimentan de madera son la termita rey y reina. Esta clase de termitas consigue su alimento a través de secreciones que producen las obreras y las larvas.
Las termitas aladas buscan nuevos lugares donde vivir y reproducirse, siendo atraídas por feromonas que ellas mismas producen. Tras la reproducción, pierden las alas y depositan los huevos hasta que eclosionan.
Las crías, también denominadas como ninfas, crecen hasta convertirse en termitas obreras. Posteriormente, cuando ya hay un gran número de obreras, comienzan a surgir las soldado y nuevas termitas voladoras que reinician el ciclo de reproducción.
Las termitas pueden medir entre 6 y 12 mm y sus cuerpos tienen un aspecto blanquecino, excepto las termitas voladoras que son de color oscuro.
Para poder eliminar las termitas, primero hay que detectar su presencia. Estos son algunos indicadores que nos pueden ayudar a descubrir la presencia de termitas.
Las termitas son insectos escurridizos, difíciles de detectar y con una gran capacidad para destruir en silencio. Por eso, lo mejor es que confíes en un profesional que te ayude a detectarlas para prevenir futuros problemas y evitar inversiones innecesarias.